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Familias viajeras que se ponen el mundo por montera

Cuando Marta y Víctor se conocieron ya llevaban en la sangre el cicloturismo, así que no les fue difícil adaptarse el uno al otro y plantear sus vacaciones con una bici a cuestas. Al nacer  Samuel, su hijo mayor, que ahora tiene 8 años, aparcaron las bicis, y cuatro años después, cuando llegaron los mellizos, "pensamos que en la vida volveríamos al cicloturismo. Martina y Leo nacieron a las 29 semanas de gestación, y tuvimos que hacer con ellos dos años de rehabilitación. Fue el ejemplo de nuestro fisioterapeuta, que hacía viajes en bici con sus hijos, lo que nos hizo preguntarnos por qué habíamos aparcado este tema y animarnos a retomar las bicis". Así que cuando Samuel tenía 5 años y los mellizos 18 meses se lanzaron a sus primeras vacaciones en familia en bici. Su destino: Álava, verano de 2013. Al año siguiente repitieron, pero en esa ocasión se alejaron un poco más: Alemania. En el verano de 2015 cruzaron Austria de oeste a este, y para este año ya lo tienen todo organizado: "Francia, ¡y de camping! Es viajar más a la aventura todavía", indica Marta.

Ida en coche, vuelta en tren

"La logística siempre se nos ha dado fenomenal", comenta Marta. Su 'modus operandi' es el siguiente: viajan en coche hasta el punto de partida "porque el avión es más caro, y además es más complicado llevar las bicis" y lo dejan allí aparcado. Normalmente, la familia lleva reservados los alojamientos de cada noche, con desayuno incluido, y "compramos en supermercados la comida del día, que hacemos tipo picnic, lo que te permite conocer sitios preciosos. Y para cenar, ¡premio!: vamos a algún restaurante".

Todo lo que necesitan para esos días, unas tres semanas por viaje, lo llevan en 8 alforjas, cuatro Marta y cuatro Víctor. "Es la mejor forma de viajar –reconoce Marta–, me gusta llevar mi casa a cuestas. ¡Si no, pierde el encanto! Es verdad que nosotros viajamos con cuatro cosas, pero muy pensadas, sabiendo que no puedes llevar de más, pero tampoco de menos. ¡Va todo medido al milímetro!".

Y luego está la libertad que supone para la familia veranear de esta manera: "Ir en bici te permite perderte. Además, hacemos un turismo ecológico que los niños disfrutan muchísimo, se pasan el año soñando con su viaje en bici. En los viajes aprovechamos para entrar a museos, parques de animales, bañarnos en cualquier charca o río que se nos pone en el camino, entrar a catedrales e iglesias de cuento y patear por calles recorriendo la ciudad o pueblo donde hayamos llegado".

Si hay que ponerle algún pequeño 'pero', éste sería para Marta el de la vuelta en tren: "Cuando llegamos al final de nuestro destino, cogemos un tren, o varios, de vuelta a la ciudad en la que tenemos aparcado el coche. Y siempre es lo peor, ahí sí nos estresamos un poco, porque hay que subir tres bicis, el carrito de los mellizos, las 8 alforjas y a los 3 niños en tiempo récord. Siempre necesitas algo de ayuda de la gente".

Familia deportista y activa

Marta tiene 43 años y es profesora de universidad; Víctor, de 41 es ingeniero. Viven en Rivas Vaciamadrid (Madrid) con sus tres hijos que, como dice Marta, "han crecido sobre las bicis. En nuestra vida normal nos gusta mucho salir al campo, a la montaña, ir a esquiar, escalar, ir de camping, viajar en autocaravana, visitar museos... En general, cualquier cosa relacionada con el deporte y la cultura". Marta reconoce que para pasarse tres semanas de turismo sobre ruedas "no hace falta estar súper en forma; en la ruta te vas entrenando. Aunque es verdad que a mí me gusta salir a correr y que Víctor ha montado siempre mucho en bici".

Confiar en las posibilidades de los hijos

"Mi consejo para que la gente se anime a hacer cosas con los niños es empezar desde bien pequeñitos. Que no se pongan límites antes de probar. Y sobre todo, hay que confiar en las posibilidades de nuestros hijos; hay quienes creen que no están preparados, que no aguantarán, que se caerán, y entonces eso es exactamente lo que pasará: que los niños no aguantarán y seguramente se caerán ". "Nosotros no nos estresamos ni nos agobiamos. Si te agobias, vete a un hotel de pulseritas, porque la pareja puede resentirse. Está claro que esto te tiene que gustar".

ÁLAVA  - VERANO 2013
"Nos hicimos 180 kilómetros en una semana, con final en Vitoria. Y le dije a Víctor a la vuelta que nos había salido súper barato porque incluía una liposucción", cuenta Marta entre risas. Para los pequeños, llevaron un carro doble que se engancha a la bicicleta de Víctor con una barra y que tiene una tercera rueda, en la parte delantera, para convertirse en carrito de paseo. Y para Samuel compraron un 'FollowMe', otra barra que sirve para enganchar su bici a la de Marta, dotando de mayor estabilidad al niño en viajes largos. Pero además, compraron un pequeño sillín que instalaron entre el manillar y el sillín de la bici de la madre, y que les ha resultado siempre muy útil: "Si Samuel se dormía en la bici, lo pasábamos al carrito y poníamos en este sillín a alguno de los mellizos". El primer año, como los mellizos eran aún bebés, tuvieron que llevar pañales, biberones, potitos...

ALEMANIA - VERANO 2014
La experiencia tan positiva de Álava hizo que Marta y Víctor repitieran al año siguiente, y esta vez salieron de España. "Fueron 3 días de viaje hasta nuestro punto de partida, que están genial porque también forman parte de las vacaciones. Hicimos en coche como 600 km al día hasta llegar a Ulm, el comienzo de nuestra ruta. En total recorrimos ese año cerca de 500 km en bici, hasta Passau, en la frontera con Austria, en etapas de unos 40 km al día. Fue una gozada de viaje, aprovechamos mucho para bañarnos en el Danubio, de modo que una alforja estaba destinada en exclusiva para bañadores, manguitos, toallas... Allí tienen playas fluviales perfectamente adaptadas para niños".

AUSTRIA - VERANO 2015
"Comenzamos la aventura en Passau (Alemania), donde lo habíamos dejado el año anterior, y continuamos casi hasta Bratislava, ya en Eslovaquia, atravesando todo Austria. Fue un plan muy parecido al de Alemania, casi otros 500 km en bici".

FRANCIA - VERANO 2016
Este año, Marta y Víctor se irán a Francia, de camping, desde Hendaya hasta Burdeos. Es más económico ("al final, quieras que no estas vacaciones salen caras, porque son 3 semanas en Europa, en época de verano y durmiendo en hotel, aunque nos apañemos durmiendo los  5 en una única habitación"), les da mayor libertad porque no tienen que llevar nada reservado de antemano y es algo que ellos ya habían hecho, aunque sin niños. "Nos atrevemos este año porque ya son más mayores. Lo único que nos falta es una tienda de campaña que pese menos de los 14 kg que pesa la nuestra".