Museo de la Vida Rural

Construido en un entorno privilegiado, cerca del Monasterio de Poblet, el Museo de la Vida Rural ocupa una superficie de 5.500 metros cuadrados, en los que las familias pueden disfrutar de diversas herramientas y experiencias para conocer y comprender mejor la vida en el campo, desde los orígenes del mundo rural hasta la llegada del tractor, la industrialización de la agricultura y los desafíos de los cultivos actuales.
El museo nació en 1988 como un lugar para divulgar y preservar la memoria de los campesinos, pero en 2009, tras una importante reforma, se amplió y completó con una parte dedicada a los retos actuales y futuros de la agricultura, como el desarrollo sostenible. Así, en el Edificio Antiguo del museo se cuenta cómo vivía y trabajaba el campesinado tradicional y se pueden contemplar aperos, máquinas y técnicas que se utilizaban tanto para trabajar la tierra como para transformar sus frutos, aceitunas, trigo y uvas, en aceite, harina y vino.
También se puede contemplar cómo trabajaban los artesanos (leñadores, carpinteros, herreros, etc.) para producir las herramientas e instrumentos que los campesinos necesitaban para vivir y trabajar, además de escenas que recrean las casas de los campesinos, con el corral, la despensa, la cocina y la habitación de las casas solariegas. Hay secciones dedicadas a la matanza del cerdo, a los cazadores, al mercado, a la indumentaria… Por ultimo, hay espacio para los distintos tipos de carros y el uso que se le daba para trabajar la tierra y transportar mercancías hasta llegar al tractor. El edificio nuevo está dedicado a la industrialización de la agricultura y a los desafíos que marca el futuro al mundo rural.
Además de la exposición permanente, el Museo de la Vida Rural ofrece también exposiciones temporales y actividades dirigidas al público infantil y familiar que se pueden consultar en su web.